La protección contra la corrosión de las redes está asegurada por la continuidad del revestimiento PE de las piezas. Aunque para las redes situadas en lugares con importantes riesgos de corrosión (presencia de importantes corrientes parásitas), se recomienda instalar cómo complemento una protección catódica.
Se pueden suministrar y montar dos tipos de protección, la selección será determinada por la instalación a proteger:
- La protección catódica por ánodo de protección.
El principio de este método es crear una pila por acoplamiento con un metal menos noble, lo que implica la corrosión de este último; provocamos, de este modo, una corrosión dirigida. El metal a proteger (acero de la funda TUCAL) se convierte en el cátodo y va conectado a un metal protector más electronegativo que será el ánodo. El potencial del metal a proteger llega a ser más electronegativo que su potencial de corrosión natural; de este modo, la reacción de oxidación no se produce en el cátodo pero en el ánodo, por ello se llama ánodo «de protección».
Los ánodos se reparten generalmente de modo regular a lo largo del conducto a proteger, salvo en caso de corrosión no uniforme o de factores geométricos y técnicos.
- La protección por corriente impuesto.
Su principio consiste en imponer una corriente entre el metal a proteger, el cátodo, y un electrodo auxiliar, el ánodo. Para ello, es necesario emplear una fuente de corriente exterior. El borne positivo de esta fuente se conecta al electrodo auxiliar, el borne negativo a la funda a proteger. Para una intensidad de un cierto valor, ya no existe posibilidad de corrosión del acero.
En un caso como en el otro, las extremidades de la red se suministran con bridas aisladas para aislar eléctricamente la red, de modo a garantizar el funcionamiento correcto de la protección catódica. Todos los demás elementos necesarios se entregan y montan con el