Redes de calor: una solución duradera
Auténticas calefacciones centrales del tamaño de una ciudad,
las redes de calor urbano alimentan en calor, mediante un sistema de canalizaciones preaisladas, los edificios de utilización privada, pública o industrial, para cubrir las necesidades de calefacción y de agua caliente sanitaria colectiva.
Estas redes de calor se enmarcan, hoy en día, dentro de las políticas de aprovisionamiento del territorio, tanto en zona urbana como rural, gracias a las numerosas ventajas que presentan:
Elección de carácter económico :Ante el aumento del precio de los recursos convencionales (carbón, gas, gasoil), y una creciente demanda de las necesidades energéticas, el recurso a redes de calor multi-energías se convierte en una solución para optimizar el rendimiento de producción, limitar el coste de las instalaciones para mejorar la competitividad.
Simplicidad y Seguridad: La simplicidad de las redes de calor reposa sobre una centralización del aprovisionamiento y del mantenimiento, lo que asegura, de este modo, un mantenimiento más fácil de la red de distribución. La energía contenida en el agua caliente o el vapor se manda después por la red de canalizaciones pre-aisladas hasta las subestaciones de los edificios. Estos últimos no necesitan ni chimenea, ni caldera, ni almacenamiento de combustible, y por lo tanto garantizan confort y seguridad para los usuarios.
Bajo impacto medioambiental : Fomentado por los acuerdos Grenelle sobre el medioambiente, las redes de calor constituyen actualmente un vector de uso de las energías renovables (biomasa, geotermia…) y de reciclaje (cogeneración, incineración de las basuras domésticas…) y, de este modo, contribuyen a limitar la contaminación atmosférica en las zonas urbanas. Asimismo, la energía producida por las centrales se encuentra a menudo muy cercana a los lugares de consumo, lo que limita las pérdidas energéticas.